El peor momento para operar es cuando el volumen está bajo y la liquidez es mínima. Si el mercado no se mueve con fluidez, los spreads aumentan y el slippage se vuelve un problema. Más vale esperar a que el mercado recupere su ritmo.
Publi |
![]() |
|
El peor momento para operar es cuando el volumen está bajo y la liquidez es mínima. Si el mercado no se mueve con fluidez, los spreads aumentan y el slippage se vuelve un problema. Más vale esperar a que el mercado recupere su ritmo.
Nunca operes cuando has tomado malas decisiones seguidas. Si notas que estás en un ciclo de pérdidas, mejor detente y analiza lo que estás haciendo mal antes de seguir operando como si nada.
Evita operar cuando la sesión está cambiando. El mercado puede ser impredecible cuando los traders de una sesión están cerrando posiciones y los de la nueva sesión están abriendo las suyas. Dale tiempo para estabilizarse.
Nunca operes cuando te sientes obligado a hacerlo. El trading no es un empleo con horario fijo. Si no hay oportunidades, no operes solo por operar.
Un mal momento para operar es cuando el mercado está en un rango estrecho sin volumen. Si el precio se mueve 10 pips arriba y abajo sin dirección clara, estás desperdiciando tiempo y dinero.
Nunca operes porque alguien más te dijo que era un buen momento para entrar. Si no has hecho tu propio análisis y no tienes una razón clara para entrar, mejor espera. No sigas ciegamente a otros traders.
Evita operar cuando hay eventos políticos inesperados. Las noticias imprevistas pueden generar movimientos erráticos y sin lógica, lo que puede hacer que pierdas dinero sin motivo aparente.
El peor momento para operar es cuando sientes que necesitas ganar dinero rápido. Si te acercas al trading con una mentalidad de desesperación, el mercado te enseñará una lección costosa.
Nunca operes cuando tienes dudas sobre lo que estás haciendo. Si te preguntas a ti mismo "¿realmente esta es una buena operación?", probablemente la respuesta es no.
¿Quieres saber cuál es el mejor momento para NO operar? Cuando no tienes una ventaja clara. Si no hay una razón sólida para entrar en una operación, entonces no entres. Punto.